domingo, 17 de julio de 2016

¿Qué ha cambiado?

Pontevedra, 15 Julio de 2016

La repetición de elecciones no sirvió para esclarecer el panorama en el escenario político. Todo lo contrario: las mayorías siguen sin existir, los pactos vuelven a ser necesarios y los partidos chocan todavía más en sus vetos y exigencias. Lo único que no ha cambiado es la actitud de Mariano Rajoy, que se cree que por tener más votos que los demás, debe ser investido presidente sin hacer nada. Parece no haberse enterado de que necesita más votos en el el Congreso, no en las urnas.

La teoría dice que los aspirantes a la presidencia deben acudir a la cita con el monarca con las sumas hechas, es decir, habiendo mantenido contactos con el resto de líderes y sabiendo si contarán o no con la suficiente confianza de los diputados. Sin embargo, las dos fuerzas llamadas a llegar a un acuerdo con el partido más votado, siguen enrocadas en no retratarse ni dar su veredicto final hasta después de que el Rey se pronuncie, y agotar así los plazos al máximo posible. Algo que es un error además de retrasar la formación de Gobierno.

La estrategia de Ciudadanos es dejar claro que son los socialistas los que antes deben pronunciarse, porque con su abstención bastaría para que hubiera Gobierno. Es decir, no apoyarían a Rajoy porque ya lo hace otro y así no tienen que comerse sus propias palabras. ¿Qué palabras? Las del propio Rivera, que se hartó de decir por activa y por pasiva, que no apoyaría nunca un gobierno encabezado por Rajoy, pero que ahora ya parece matizar, al decir que su partido no fijará una posición sobre el asunto hasta el encargo del Rey a un candidato para formar Gobierno.

Podemos se ha quedado fuera de jugo porque no tiene peso suficiente, se dedica únicamente a lamerse las heridas y a pedir explicaciones al PSOE, que por su parte, busca que otros partidos, entre ellos Ciudadanos, se movilicen a favor de permitir el Gobierno de Rajoy para finalmente otorgar el apoyo necesario. Solo el estrictamente necesario, ni más ni menos.

Es evidente que el único objetivo común debe ser evitar unas nuevas elecciones, pero no lo es menos que ninguno de los líderes quiere dar el primer paso. El PSOE pretende forzar un entendimiento entre PP, Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV para, en última instancia, dar el mínimo apoyo que permita poner en marcha el Ejecutivo. Sin embargo, estos planes chocan frontalmente con la pretensión de Ciudadanos, para quienes la presencia de un partido nacionalista en el pacto sería contra natura. Rivera se ha convertido en el azote de los nacionalistas y su ideario tiene una premisa clara: no estar en ningún acuerdo que atente contra la igualdad de los españoles.


Y aunque en Ferraz tienen asumido que el resultado de las urnas los manda directos a la oposición, no tienen intención de dar su brazo a torcer... de momento. El PSOE quiere desmarcarse de la presión que Ciudadanos le ha trasladado y pretende que Rajoy siga buscando afines ideológicos. Será ya al final cuando los socialistas facilitarán la investidura de Rajoy. Sin duda son estrategias políticas, pero ¿piensan en el interés general del país? ¿Si piensan dar su apoyo a Rajoy, por qué no lo hacen ya y empiezan a ejercer la oposición de una vez? ¿A quién pretenden engañar enviando a unos cuantos diputados al baño en el momento de la votación?

Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de Julio de 2016


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