Pontevedra, 23 Julio de 2016
Haría mal el PSOE poniéndose nervioso por los resultados
electorales. Pedro
Sánchez puede salir más o menos airoso de las dos embestidas electorales que el
partido ha sufrido en apenas medio año. Lo ha llevado al suelo electoral, pero también ha demostrado que sabe ser líder
asumiendo la
responsabilidad que le correspondía cuando el Rey le ordenó que intentase la investidura. Llegados a este punto, el PSOE
debe ver la situación como una oportunidad más que como un problema, y aunque tras la segunda embestida, puede que Sánchez no reciba tal encargo, el partido debe actuar como lo que es, la única alternativa seria para presidir un gobierno de España. Debería actuar con inteligencia, dejando gobernar al PP y asumiendo
la responsabilidad de la oposición a un
gobierno en minoría. Eso es casi como gobernar en la sombra. Nada de gran coalición, porque
el PSOE no está para hacer de palmero de la derecha, sino para rearmase y
volver a ilusionar a los españoles con un mensaje progresista. Para muleta de
la derecha ya está Ciudadanos. El problema que puede tener el PSOE es que el
aparato es su propio enemigo, y esperemos que no se vuelvan locos y en la previsible batalla por el
poder interno que se dirimirá en octubre, entreguen el poder a Susana Díaz.
Sería un error de dimensiones incalculables que el partido pagaría con más años
de oposición, como mínimo.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el día 23 de Julio de 2016
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