Pontevedra, 24 Junio de 2016
Con el arranque de la nueva campaña electoral, el PP se pone
de nuevo en marcha y sale a pedir el
voto sin ningún tipo de rubor ni el más mínimo arrepentimiento por los errores
cometidos. Van a por todas, quieren ser reelegidos obviando los impactos de la
lamentable legislatura en la que nos tuvieron sumidos. Los dirigentes del PP
han cometido múltiples delitos, y han sido tapados, otros han prescrito y los
demás, bloqueados por jueces afines. Veamos solo algunos motivos por los que se
lo deberían pensar mucho aquellos que todavía tengan la intención votar a este
partido.
La corrupción es
parte de su filosofía. Los
famosos papeles de Bárcenas que demostraron la
existencia de una caja B para cobrar favores desde las instituciones o el
saqueo llevado a
cabo en las comunidades de Madrid y Valencia, son su tarjeta de visita. Además,
se niegan a prohibir los indultos para los casos de corrupción y es el partido
que más ha concedido.
Regresión absoluta en derechos sociales. Han
aprobado una ley del aborto retrógrada, han ninguneado la ley de Memoria Histórica mientras subvencionaban a la
Fundación Francisco Franco y nos han hecho volver al pasado con La Ley Mordaza,
criminalizando la protesta social.
Control de la
justicia. Han
hecho de ella un corrillo de amiguetes que interfiere cada vez que una
resolución no le gusta.
Utilizan el poder para controlar los medios tanto
públicos como privados. Han hecho de TVE
un medio al servicio del partido, con retransmisiones partidistas.
Eliminaron a Jusús Cintora de un medio privado solo porque decía lo que no le
gustaba al gobierno. Por no hablar de Telemadrid y la televisión de Castilla la
Mancha que deberían llamarse Tele-PP.
En sanidad y la educación se ha reducido el gasto para fomentar su privatización.
La Iglesia mantiene privilegios e incluso los incrementa,
llegando incluso a permitirse la
chulería de condecorar a una Virgen.
Muchos de sus miembros aventajados forman parte de las SICAV pero luego dan clases de patriotismo.
Esconden a los peces
gordos en puestos bien remunerados. El ex ministro Wert (que se cargó la educación) y Arias
Cañete son ejemplos. Este último además, ha dado claras muestras de machismo y
de tener una historia de implicaciones en empresas que han contratado con el
ministerio en el que ha tenido responsabilidades.
Han aprobado una ley laboral que ha propiciado
precariedad y ha devuelto a los trabajadores a tiempos que parecían superados.
Ahora hay menos protección para los
parados y más trabajadores pobres. Ello ha provocado que miles de españoles
hayan tenido que emigrar para buscarse la vida, pero para ellos esto es
“movilidad exterior”.
La cultura es enemiga del PP, y por ello han cargado todo
lo cultural con una subida histórica del
IVA consiguiendo que toda la industria esté en su contra. La cultura es
cosa de ricos.
Tienen el honor de ser el primer partido que ha tenido a todos los miembros de un Gobierno imputados
o condenados con algún caso de corrupción.
Fomentan el odio y son una fábrica de crear
independentistas en Cataluña con expresiones como que hay que “españolizar a
los niños catalanes”.
Niegan la historia y las evidencias. Por ejemplo, la
participación de Aznar en la guerra de
Irak, que en buena parte nos ha traído a la situación de conflicto y
tensión que tenemos ahora.
Uso de dinero público para fines personales. A Monago le hemos pagado entre todos sus
canitas al aire en Canarias.
Han aprobado una nueva ley de costas que acorta la
distancia a la que se puede construir respecto al mar, porque su objetivo final es llenar España de
ladrillo.
Actúan con
prepotencia desde la altanería que les da ser los ricos de toda la vida que no soportan
que los trabajadores alcancen puestos de responsabilidad que hasta la fecha
estaban en manos de los de siempre. Por eso alientan el discurso del miedo con
las candidaturas de unidad popular. Es típico de la derecha, meter el miedo en
el cuerpo de la gente para autoproclamarse salvadores de la patria. ¿A qué les
suena esto?
Por tanto, aquellos que quieran votar al PP tienen todo
el derecho a hacerlo, pero deberían
pensarlo bien antes. Todo lo anterior no son imaginaciones, sino hechos
irrefutables que forman parte ya de la historia de este país. Cuando un partido
se convierte en lo que lo ha hecho este, debe ser como poco, castigado en las
urnas.
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