viernes, 22 de abril de 2022

Responsabilidad compartida

 András, 22 Abril de 2022

El PP acaba de meter en un gobierno autonómico al único partido que hay en España que no ha condenado la dictadura de Franco. Esto, que en sí mismo ya supone un insulto a todos los represaliados del franquismo, todavía puede traer consecuencias más graves en el futuro.

Además de ser una seria amenaza a los avances sociales logrados hasta la fecha, Vox aportará brutalidad e irracionalidad al discurso político del gobierno de Castilla y León. Pero también supondrá un serio retroceso de los valores democráticos, obligando al PP a dar explicaciones de esta coalición en Europa. Y todavía está por ver si consiguen apaciguar los ánimos de la ultra derecha o si, por el contrario, es ésta quien se come al PP.

Asociarse con Vox implica también una prueba de certificación para saber cuál es la verdadera intención que anima al nuevo liderazgo del Partido Popular. En cualquier caso, la credibilidad de Feijoo está ya directamente vinculada a una decisión de la que no se puede distanciar porque, ya antes de asumir la nueva responsabilidad, mostró su respaldo absoluto a Mañueco.

Sin embargo, ¿qué opciones tenía el PP para no pactar con Vox? Estamos acostumbrados a escuchar el famoso mantra de los cordones sanitarios, pero lo que hay que discutir es el grado de implicación de PP y PSOE en su aplicación. Siendo antagónicos, ideológicamente hablando, también comparten lo esencial, que es ser los únicos partidos que defienden el modelo de estado que tenemos desde la transición a la democracia.

Cuando se le dice al PP que no puede pactar con Vox, en realidad se le está diciendo que no puede gobernar, a sabiendas de que no tiene ningún otro socio posible. Y lo mismo ocurre cuando se le niega al PSOE el derecho a pactar con Unidas Podemos o los nacionalistas periféricos. Por tanto, si queremos establecer líneas rojas, es imprescindible que cada uno cumpla su parte del acuerdo.

El ofrecimiento del PSOE al PP de darle su apoyo a cambio de la ruptura con Vox, tiene la misma credibilidad que la mano tendida del PP al PSOE si rompe con Unidas Podemos, es decir, ninguna. No nos engañemos, no hay cultura política en España, hay mucha carencia de pedagogía política entre los dos grandes partidos para que este escenario sea factible.

Si lográsemos alcanzar el escenario en el que, un partido, sin dejar de hacer oposición, facilitase el gobierno del otro para que no dependa de los extremos, habríamos avanzado mucho y tendríamos una mayor coherencia y continuidad en la aplicación de políticas de interés general. Sin embargo, hoy por hoy, esta dificultad es precisamente uno de los grandes problemas que tenemos y que, además, da origen a muchos otros.

Publicado en PontevedraViva.com el día 22 de Abril de 2022


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