András, 01 Octubre de 2021
Como antes
ocurrió con la prima de riesgo o los contagios del COVID, conocer el precio del
megavatio se ha convertido en una necesidad diaria. Desde hace unos meses, cada
mañana nos levantamos con la ansiedad de conocer el dato, saber si ha subido y
si la cifra vuelve a ser de récord.
Cada día se produce un subidón, y lo único que hace, además de dejarnos temblando a la espera del próximo recibo de la luz, es poner en cuestión las previsiones del Gobierno, porque tenemos el honor de tener la electricidad más cara de Europa.
Con lo de la electricidad llueve sobre mojado, porque es un problema que no hay forma de resolver. Bueno una sí, nacionalizando el servicio y poniendo un precio justo a los consumidores que, además, contribuyen con sus impuestos a la generación de la energía que posteriormente pagan a precio de oro.
Todo lo demás son parches y tratar de demostrar que se hace algo cuando no se hace nada. Todos los gobiernos han tratado de preocuparse por el asunto cuando el problema estaba encima, nadie lo ha abordado con la antelación suficiente, y por eso seguimos igual o peor que siempre.
Por mucho que el presidente del Gobierno se esfuerce en querer convencernos que con sus medidas serán las compañías eléctricas las que se encarguen de asumir el incremento del precio del megavatio, todos sabemos que eso no es verdad, y no es más que típica mentira piadosa que acaba diluyéndose con el paso del tiempo.
Por eso dice que siempre antepondrá la defensa de los intereses generales a los intereses particulares. Solo faltaba que dijera que iba a ceder a las presiones que reciba, y que pensaba beneficiar a unos cuantos particulares en detrimento de los intereses de los ciudadanos españoles.
En este asunto, el Gobierno de ahora no es distinto a los anteriores. Trata de hacer ver que no se dejará influir por las compañías eléctricas, pero al mismo tiempo, está en conversaciones con las mismas compañías y con las patronales de algunos de los sectores implicados para enfriar los ánimos y evitar una maraña de reclamaciones judiciales por su parte. Es decir, además tenemos que hacerles la pelota para que no nos denuncien.
Publicado en PontevedraViva.com el día 01 de Octubre de 2021
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