¿Cuál es el principal objetivo de los dirigentes políticos? ¿En qué piensan prioritariamente? Es evidente que en ellos mismos, en sus organizaciones y en los intereses de sus partidos. Todo lo que hacen responde a un análisis previo desde el punto de vista de las consecuencias partidistas que le puedan suponer. Y cuando se gobierna con el contador de votos en la mano, malo.
Da igual que hablemos de la construcción de una rotonda en un pueblo, que de los presupuestos generales del estado, o de medidas contra un virus que nos está contagiando de forma indiscriminada y matando a miles. El motivo es lo de menos, lo único importante para ellos es medir las consecuencias que puedan suponer a los partidos políticos, saber quién saldrá más dañado y cómo se puede rentabilizar electoralmente.
De no ser así, hace tiempo que el virus en España estaría más controlado. Y, precisamente, por no ser así, el virus campa a sus anchas y ha encontrado en nuestro país el mejor medio para multiplicarse.
Pero es verdad que generalizar es injusto y no todos los políticos son iguales. Por eso, si usted vive en el Principado de Asturias, por ejemplo, podrá decir que sus dirigentes están volcados en aplacar la amenaza que supone la pandemia, y por eso piensan antes en la salud de los ciudadanos que en el partido que sustenta al gobierno, y toman decisiones y ponen medidas en marcha, más o menos acertadas, pero sin temblarles el pulso.
Sin embargo, si vive usted en Madrid, además de esquivar el virus tendrá que hacer lo propio con las trampas que las instituciones que lo gobiernen se van poniendo. Porque a en esa Comunidad, los dirigentes están más preocupados por sus intereses que por los ciudadanos.
Por eso la presidenta puede imponer medidas de restricción de movilidad en un barrio, pero Sánchez no puede hacer lo mismo en toda la ciudad; y por eso el gobierno madrileño denuncia las medidas adoptadas por el gobierno central a la vez que recomienda a los ciudadanos que las ejecuten.
Es decir, si usted vive en la comunidad de Madrid, se sentirá como esos hijos de padres separados que, sin pensar en el bien de los menores, se golpean de forma indiscriminada poniéndolos a ellos como excusa. En definitiva, el mundo al revés, y los ciudadanos como muñecos de trapo entre ambas administraciones sin saber qué hacer.
Pero esto es lo que tenemos, estamos gobernados por ineptos que, mayoritariamente, no pasarían el corte de una entrevista de trabajo. Aquí no falla el régimen, ni las leyes, ni las empresas, ni los funcionarios. Aquí lo que fallan son los dirigentes políticos. Necesitamos un reseteo.
Publicado en PontevedraViva.com el día 16 Octubre de 2020
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