El Partido Popular lo ha vuelto a hacer. Se ha vuelto a meter en el lodo con otro caso de corrupción (presunto, por supuesto). En realidad, no es nada nuevo para ellos, saben perfectamente cómo manejarse en estas situaciones a las que nos tienen acostumbrados, y en las que se mueven como pez en el agua porque, en asuntos de corrupción, el PP juega la Champions.
El nuevo caso se llama “Operación Kitchen” y ya no lo niegan ni los propios dirigentes del partido. ¿Y en qué consistía? Básicamente era una innovación. El uso de fondos reservados para pagar el sabotaje a una investigación judicial sobre corrupción que afectaba al propio partido. En definitiva, rizar el rizo. Lo que para cualquier mortal sería algo inimaginable, para la gente del PP es lo habitual. Si utilizasen la imaginación que tienen con la corrupción, para resolver los asuntos de la ciudadanía, no habría un problema sin solución.
Hasta el momento, todo lo que se está publicando es de una gravedad máxima, porque no es solo un caso de corrupción de un partido político, se trata de corrupción institucional, de abuso de poder de un Gobierno del PP, utilizando a la policía para fines partidistas.
El principal imputado hasta ahora, es el secretario de estado de seguridad de aquel gobierno, y habrá que esperar a ver qué dice el juez después de escuchar su declaración, porque podría tomar decisiones sobre los exministros Fernández Díaz y Cospedal, algo que ya solicita la Fiscalía.
Y habrá que esperar a saber también, una vez que avance la investigación judicial, si además del Ministerio de Interior, el señor Martínez incluye en su declaración al Centro Nacional de Inteligencia entre los actores que pusieron en marcha el espionaje al ex tesorero más famoso de la historia del PP, el ínclito Bárcenas.
¿Estaba el CNI al tanto de lo de la Kitchen? ¿Participó de ello? Porque de ser así, los tiros podrían apuntar más arriba y llegar hasta el mismísimo Rajoy. De momento, ninguno de los aludidos por el señor Martínez abren la boca. Ni Fernández Díaz, ni Cospedal ni Rajoy. Y Casado, tira de manual para que por entonces él no era más que un simple diputado de provincias. ¡Pobre! ¿Y ahora le vienen con esto? ¿Pero qué culpa tiene él?
Que no se preocupe que ya estarán viendo a quién hay que tocar para que la cosa no vaya a más, para que prescriba, o para que algún juez de la cuerda haga algo. Precisamente, para resolver cosas como estas se rompió el acuerdo que renovaba el órgano de gobierno de los jueces, ¿no, señor Casado?.
Publicado en PontevedraViva.com el día 18 Septiembre de 2020
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