El coronavirus continúa entre nosotros, y sigue haciendo de las suyas. Él no quiere, pero nos hemos empeñado en que se siga reproduciendo, porque entre las indecisiones de quienes gestionan, y el escaso civismo y responsabilidad individual de muchas personas, el número de contagios continúa aumentando en decenas de focos que están obligando a activar nuevas medidas para contener la pandemia o ampliar las zonas de los territorios afectadas por las restricciones.
Los políticos, que ante todo son expertos en utilizar cualquier artimaña para dañar al adversario, vuelven a las andadas cuando les ha caído la responsabilidad de la gestión a quienes antes no la tenían, y se les están viendo las costuras. Me refiero a los presidentes autonómicos. Era muy fácil criticar antes, pero es muy difícil tomar decisiones ahora.
Decaído el estado de alarma, la gestión de la crisis ha recaído sobre ellos y los problemas no han hecho más que empezar. ¿Cuáles eran las medidas que se podían aplicar para evitar la movilidad de la gente sin llegar al confinamiento? ¿No era que encerrar a la gente en sus casas era una medida demasiado extrema? ¿O solo lo decían por hacer populismo?
¿No decían que el estado de alarma provocaría un caos sanitario? ¿Y qué tenemos ahora? ¿Por qué no aplican ahora esas grandes ideas que reclamaban al gobierno central? ¿No será que el tan denostado estado de alarma era la mejor excusa para responsabilizar al Gobierno y eludir la suya?
Cada día escuchamos qué medida aplica uno, cuál aplica el otro, quién cambia de criterio, quién lo endurece, quién impone sanciones para asegurar la aplicación de qué medida... En fin, del buffet libre que componen las medidas para paliar al virus, cada Comunidad escoge lo que cree conveniente en cada momento. Uso de la mascarilla, distancias de seguridad, limitaciones de aforos, cierres parciales o totales de zonas públicas, prohibición del botellón, confinamientos selectivos de una parte de la población, etc... Solo hay una en la que todos coinciden, y es la aplicación de sanciones.
Lo cierto es que el confinamiento ha resultado ser, como decía el Gobierno, la medida más efectiva contra los contagios porque, cuando las obligaciones pasaron a recomendaciones, los rebrotes han surgido. Puede ser casualidad, pero hay una relación directa y objetiva entre el incremento de ls contagios y el cambio de gestión del Gobierno de la nación a los autonómicos.
Es lo que tiene hacer política con las cosas de la salud, con las que nos afectan a todos y con las que no deberían tener más ideología que la del bien común. Atacar conjuntamente la pandemia sanitaria es prioritario, para que la pandemia económica no acabe por liquidar a los pocos que queden en pie.
Publicado en PontevedraViva.com el día 31 Julio de 2020
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