A Rúa Nova, 17 Febrero de 2020
Comienza una semana de protestas agrarias. Vuelven a la calle los tractores, y eso a pesar de la reconversión del presidente del gobierno en el principal abanderado de las causas del campo. Al malestar que acumulaban las organizaciones agrarias por la caída de los precios en origen, por los márgenes cada vez más cortos, por la subida de los combustibles y los fertilizantes y por la subida del salario mínimo, se une ahora el desdén del vicepresidente Iglesias a las organizaciones empresariales. Iglesias se coló en la reunión del Ministerio de Trabajo con los sindicatos para aparecer como el adalid de la rebaja de las peonadas mínimas necesarias para cobrar el subsidio.
El caso es que da la sensación de que cada ministro anda haciendo la guerra por su cuenta y que hay poca comunicación y coordinación entre ellos. ¿Donde está aquí la opinión del ministerio de Hacienda o de la vicepresidenta Calviño?
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