Pontevedra, 03 Febrero de 2019
Estoy harto de escuchar a los políticos lanzando sus soflamas repetitivas, con poco gusto, menos ingenio y son muchísimo peligro porque no miden las consecuencias que pueden traer. Una cosa está clara, la calidad de los políticos actuales no da el nivel necesario para los tiempos convulsos que vivimos. Si nos dejamos llevar por sus mensajes la cosa puede ir mal o muy mal. A pesar de la aparición de nuevos partidos en el espectro político, la polarización también va por grupos y, por lo que nos dicen, solo tenemos dos caminos. Uno, apostar por un gobierno de izquierdas con un PSOE echado al monte, unido a los podemitas y los independentistas. Y dos, decantarnos por echarnos en brazos de una derecha más joven pero más radical, encamada con la ultraderecha retrógrada y un centro derecha incoherente. ¿Qué es mejor? O mejor dicho, ¿qué es lo menos malo?
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