viernes, 21 de diciembre de 2018

Tenemos Cataluña para rato

Pontevedra, 21 Diciembre de 2018

Ya estamos otra vez con Cataluña a vueltas.Esa suele ser la reacción de la gente cada vez que algún informativo abre con noticias sobre el problema catalán. Ya estamos hartos de lo que casi se puede calificar de broma pesada, y ya es el momento de pasar pagina con este tema.

Además, posiblemente cuanto más se pase del asunto, más posibilidades habrá de resolverlo. Hay unos cuantos personajes en toda esta trama que se están sintiendo demasiado importantes debido a la importancia que se les está dando, y realmente no la tienen.Está claro que aquello de lo que no se habla deja de estar en el candelero. La prueba es Puigdemont, desde que no está en la primera plana, parece como si hubiese desaparecido. Y lo mismo ocurre ahora con Torra, que pretende asumir el protagonismo.

Torra se dedica a insultar, a descalificar y a provocar. Y luego sale Casado llamándole desequilibrado, al que sigue Rivera pidiendo constantemente la soga del 155.Gracias a todo este caldo de cultivo, el radicalismo catalán crece como la espuma porque, en Madrid, hay otros tan radicales como ellos que se dedican diariamente a darles oxígeno. 

La celebración del Consejo de Ministros en Cataluña es un buen ejemplo, entre todos lo están convirtiendo en un problema, cuando debería ser algo ordinario, algo que no es excepcional más allá de que se produzca fuera de La Moncloa. 

De lo que hay que hablar del Consejo de Ministros, lo que nos debe preocupar, es si en él se aprueban las medidas que mejoren la vida de los ciudadanos como el incremento de los salarios mínimos, el decreto de revalorización de las pensiones, el refuerzo de recursos para la dependencia, el aumento de las becas, etc… Esto es lo que se espera de un Consejo de Ministros, independientemente del lugar donde se reúna.

No podemos permitir la que celebración de un Consejo de Ministros en Cataluña se circunscriba a saber si se puede realizar con normalidad o sin ella, con o sin algaradas, porque eso es lo que buscan precisamente los radicales independentistas. Hay que dar normalidad a la situación y utilizar, en caso necesario, los mecanismos que el Estado de derecho pone a disposición de las autoridades del Estado del que, por cierto, también forma parte el gobierno de la Generalitat de Cataluña.

El diálogo en Cataluña, desgraciadamente, no conduce a nada porque para los independentistas, cualquier solución pasa por un arreglo ilegal que que ningún Gobierno aceptará. ¿Cómo se reconduce la situación? ¿De qué pueden hablar Torra y Sánchez o quienes les sustituyan? ¿A qué pacto puede llegar el presidente de un Gobierno en evidente minoría cuando cualquier solución para por una modificación de la Constitución? Entonces, ¿qué tratan de vendernos con el supuesto diálogo?

La solución en Cataluña está solo en manos de los catalanes, sobre todo de esa parte de la sociedad no independentista que no se quiere separar de España.Va siendo hora de que pongan las cosas en su sitio. Hay que buscar la normalidad institucional y facilitar a la sociedad canales de desahogo. 

En este sentido, ya hemos visto algunos movimientos de presión al gobierno catalán con movilizaciones del personal sanitario y de educación. Estos son quienes piden cambiar el rumbo de las cosas en Cataluña, porque luchan por los problemas del día a día que su gobierno no afronta.Tiene que ser la propia sociedad la que vaya frenando el independentismo y poniéndola ante su propio espejo de inoperancia.

Tenemos que dejar que el problema de Cataluña se enfríe, y el resto de españoles debemos soltarnos el lastre de pensar que el problema de Cataluña es un problema de todos. 

Publicado en PontevedraViva.com el día 21 de Diciembre de 2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario