Pontevedra, 20 Enero de 2017
Federico Trillo, que después
de su irregular gestión en el accidente del avión Yak-42 encontró un retiro
dorado en la embajada de Londres, ha renunciado a continuar en el puesto. Tuvo
que emigrar para vivir en suelo español, pero eso sí, muy bien remunerado y
siempre con todos los gastos pagados. Al menos ahora se ha visto obligado a
dejarlo antes de tiempo gracias a la presión popular y a 13 diplomáticos
jubilados que han exigido a Exteriores su cese inmediato tras el dictamen del
Consejo de Estado sobre el tema del avión. La verdad es que este no es el final
que se merecía, porque le correspondía mayor castigo, pero menos da una piedra.
Al menos ahora lo ha dejado,
aunque no lo hace con humildad y pidiendo disculpas. Todo lo contrario, lo hace
perdonándonos la vida a los españoles, que somos los que le pagamos el sueldo y
los lujos londinenses. Trata de mostrar desinterés por el cargo para no
reconocer que se tiene que ir obligado por la presión. De no ser así, seguiría
al menos cuatro años más ejerciendo de Lord spanish. Por lo menos mientras él
hubiese querido. Por eso ha dicho que hace tiempo que solicitó su relevo y que
éste debía llegar cuanto antes.
En realidad todo vuelve a ser
fruto de la mente retorcida de la gente de a pie, porque él estaba deseando
dejar el puesto, de hecho, que lo haya hecho solo nueve días después de haber
conocido las conclusiones del Consejo de Estado, es una mera casualidad. Es
más, él no quería ser embajador, fue una obligación que aceptó por su enorme
sentido de la responsabilidad.
El informe del Consejo de
Estado es contundente, y le señala como máximo responsable del ministerio que
dirigía en la calamitosa gestión del accidente en el que fallecieron 62
españoles que venían de ejercer de verdaderos patriotas y de mostrar una
solidaridad enorme con el pueblo afgano. La misma que le faltó a Trillo
escondiéndose de las víctimas en su retiro de Londres gracias a la ayuda
inestimable de su amigo Mariano. Y aún tenemos que escucharlo loándose a sí
mismo por los éxitos logrados como embajador, atribuyéndose medallas en la
gestión del referéndum escocés o el brexit. ¿Que hizo Trillo en todos estos
asuntos? ¿Me he perdido algo en estos años? Por favor, tenga usted un poco de
vergüenza y salga por la puerta trasera, no se ría de nosotros.
Las familias necesitan
justicia y petición de perdón. ¿Quién se responsabiliza de tantos años de
vejaciones y humillaciones a los familiares de los fallecidos?. ¿Quién se
responsabiliza de haberles entregado los cadáveres que no eran suyos? ¿Quién se
responsabiliza de los indultos a los militares condenados por la justicia? ¿Y
quién se responsabiliza de premiar al responsable de todo lo anterior con una
embajada?.
Publicado en PontevedraViva.com el día 20 de enero de 2017
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