domingo, 8 de enero de 2017

¿Gran Coalición?

Oporto, 06 Enero de 2017

PP y PSOE pretenden pactar el reparto de cuatro magistrados del Tribunal Constitucional. La generosidad del PP en el asunto ya dice mucho, porque según la representación que ostenta el PSOE en el Senado, solo le correspondería uno. Evitarían así que entrase algún magistrado afín a otros partidos y que pudiese emitir votos particulares en ciertos temas sensibles en los que ambos no quieren entrar ni tener problemas, como el asunto de Cataluña.

La pregunta que cabe hacerse aquí es, ¿ya se han pronunciado los parlamentos regionales?, ¿han hecho ya sus propuestas de candidatos para que las delibere el Senado? Si no es así, la gravedad es absoluta, porque los órganos centrales de los partidos mayoritarios están decidiendo los candidatos que luego trasladarán a las secretarías generales de los partidos en las CCAA para que propongan a los parlamentos regionales lo que han decidido en una mesa en Madrid.

Estamos ante una nueva y grave injerencia de los partidos políticos en las competencias de las instituciones del Estado, en este caso los parlamentos de las CCAA, que tienen la obligación de presentar una lista para ser debatida en el Senado.

Nuevamente el Senado y sus funciones vuelven a quedar en evidencia. No es una cámara de presentación territorial, sino una cámara de representación política donde se actúa al socaire de los intereses partidistas de PP y PSOE. No sabemos muy bien cuáles son sus funciones y que hacen los señores senadores y por eso a casi todo el mundo le parece bien la supresión de este órgano, salvo a los grandes partidos.

En caso de que este pacto llegue a producirse sería una pésima noticia para nuestra democracia por dos motivos. Uno que atañe esencialmente al propio TC, ya que su composición se alejaría de la realidad política actual, más plural, donde Podemos y Ciudadanos están tomando posiciones, además de los nacionalistas, que siguen ahí. Y dos, porque en cierto modo, le restaría legitimidad a sus decisiones, ya que estarían totalmente condicionadas al no haber voces discrepantes. Y en democracia, más que alejar las voces discrepantes, lo que hay que hacer es acercarlas y escucharlas.

PP y PSOE utilizan la TC de parapeto contra Cataluña. Lo politizan de forma descarada y este pasteleo entre ambos sirve para colocar a miembros afines en puestos claves para la organización de nuestro sistema democrático. ¿Esto no es una gran coalición encubierta? Si no lo es, se le parece mucho. Decisiones como estas tienen unas consecuencias tremendas en nuestra democracia y no se pueden tomar a la ligera. Además, ¿está la gestora del PSOE preparada para adoptar este tipo de acuerdos con el PP? ¿Repartirse los puestos del TC para que fallen a favor del ideario partidista, es la regeneración democrática que nos prometieron?.

Publicado en PontevedraViva.com el día 06 de enero de 2017

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