Pontevedra, 09 Diciembre de 2016
El populismo ha irrumpido en la política española para
quedarse. Tras la llegada de Podemos, adalid del populismo, todos quieren
imitarlo e incorporarse a la nueva forma de hacer política. Incluido el PP, que también es populista aunque no lo
quieran reconocer.
Se puede practicar el populismo con casi todo, y es fácil
convencer a la ciudadanía prometiendo aquello que no se puede cumplir y
diciendo frases hechas que suenan bien pero que la mayoría de las veces no se sostienen.
Todos los políticos han hecho uso del
populismo alguna vez, pero faltaba Montoro.
El Gobierno de Rajoy ha decidido subir los impuestos para
recaudar unos 7.000 millones de euros y tratar así de cuadrar el déficit. En lugar
de reducir gastos, apuesta por subir impuestos castigando a la ciudadanía. Si
alguna vez pensamos que la crisis serviría para adelgazar la estructura del
Estado, la enorme burocratización y la duplicidad de administraciones, podemos
darnos ya por vencidos porque ello no ocurrirá. En lugar de reducir el gasto
público, nos suben los impuestos y nos
dicen que nos hacen un favor, haciendo populismo fiscal, y tratando de
convencernos de que la subidas de impuestos son buenas incluso para la salud.
Es el caso del novedoso impuesto con el que el ministro ha gravado a las bebidas carbonatadas con
la excusa de que es lo mejor para nuestra salud. ¿No hubiese sido mejor
invertir en educación para que las nuevas generaciones fuesen más sanas? Quizás
sí, pero el PP no piensa en el futuro, y necesita cuadrar el déficit porque la
economía está por delante de las personas. Invertir en educación y en medidas
preventivas y educativas es a largo plazo, y la derecha no está para eso, sino
para subir impuestos y recaudar lo que se pierde por otro lado.
En realidad no debemos escandalizarnos de ello, porque a
pesar de la promesa de Rajoy en campaña de no subir los impuestos, meses atrás ya había anunciado a la Unión
Europea su intención de hacerlo tras las elecciones y lo ha cumplido. Es
decir, mintió a los españoles pero cumplió con Europa.
El Gobierno trata de recaudar con impuestos especiales
que afectan por igual a toda la ciudadanía, y ello es injusto. Lo que hay que hacer es meterle mano al fraude
fiscal, que suele afectar sobre todo a los ricos. Sin embargo ese tema no
se toca; al contrario, se perdona a los defraudadores con amnistías fiscales.
El resumen es, perdón fiscal para los ricos y subidas de impuestos para la
clase media que es la que soporta el Estado. Esa es la política social de la
derecha española, y lo peor, es que posiblemente cuente con el apoyo del PSOE. ¿Dónde
está aquella oposición firme y enérgica que íbamos a tener?. Al contrario,
Rajoy los tiene a todos abducidos, sobre todo al PSOE y consigue que le apoyen
y que sean corresponsables de todos los desmanes del gobierno. El PSOE ha
renunciado a liderar la oposición para formar parte de una coalición de
gobierno que fustiga a los españoles.
Publicado en PontevedraViva.com el día 09 de Diciembre de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario