Pontevedra, 26 Agosto de 2016
La política
española ha entrado en un bucle de difícil salida. Podemos repetir la elecciones
las veces que sean necesarias, pero los resultados van a ser siempre parecidos.
El PP suma más votos que nadie, aunque hay más votantes de izquierda que se
dividen en una amalgama de partidos que no son capaces de ponerse de acuerdo para
formar un gobierno de cambio y progreso como se hace en otros países de Europa.
Por tanto, ante este panorama, tendrá
que gobernar el PP. Otra cosa muy distinta es el papel que cada partido debe
jugar, sobre todo el PSOE.
Al PSOE se le está machacando por activa y por pasiva cada
día desde las primeras elecciones de diciembre. Primero por intentar formar un
gobierno, y ahora se le acusa de no dejar que gobierne la derecha. ¿Por qué nadie mira a Rajoy? ¿Qué está
haciendo él para ser investido presidente? ¿Con qué partidos se ha reunido para
pedirles su apoyo? Más allá del semi acuerdo de Ciudadanos, no se conocen
más intentos. Rajoy, se disfraza de estratega pero lo que esconde es una
indolencia sin límites, dejándose llevar hasta que le entreguen el poder en
bandeja.
Pero el PSOE gestiona mal esta situación y está quedando
como el malo de la película, como el que bloquea la investidura para que el
país se ponga definitivamente en marcha. Cuando lo que realmente tiene es una
gran oportunidad de presentarse ante los españoles como el salvador de la
patria, como la única alternativa seria a la derecha y que cualquier proceso de
cambio pasa por ellos. Seguro que se
abstendrán en la segunda votación (todos o algunos) para consentir que Rajoy
siga destrozando el país, pero deberían vender a la sociedad este esfuerzo.
La caza de brujas a la que medios de comunicación,
analistas políticos y la sociedad en general, están sometiendo a Pedro Sánchez es indigna e injusta y se le está
acusando de poco menos que todos los males del país, cuando el gran
culpable de todo esto es el propio Rajoy y su partido, que no hacen su trabajo.
El PSOE tiene que ser claro, dar un paso al frente y anunciar que se abstendrá,
pero no por la presión o sumisión a Rajoy, sino por responsabilidad política y
también, porqué no decirlo, por interés propio. Le interesa que Rajoy empiece a gobernar cuanto antes, para iniciar una
oposición dura, inflexible y responsable con quienes están empobreciendo a la
clase media de este país. El PSOE tiene que ser el protagonista de todo
este entramado político pero como actor principal, no como una comparsa a la
que todos miran para que haga de palmero del PP.
El mismo 30 de
agosto debe haber un presidente que se ponga a trabajar. Los socialistas tienen que
explicar su decisión, en primer a sus votantes, poniéndola como un acto al
servicio del país, explicando que es la mejor salida que tienen, que la
posibilidad de formar un gobierno alternativo con Podemos es ciencia ficción y que
la oposición es el lugar que les corresponde. El PSOE debe convertir el problema en una oportunidad.
Publicado en PontevedraViva.com el día 26 de Agosto de 2016
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