martes, 6 de febrero de 2024

Era visto

András, 06 febrero de 2023

Ayer tuvo lugar el primer asalto entre aspirantes a la presidencia de la Xunta del 18F. Y fue para la oposición. En el PP están preocupados, y no es para menos, porque la posibilidad de peder la plaza gallega es, por primera vez, una posibilidad. Y todo ello, a pesar de contar con la estimable colaboración de la RTVG, que ya no esconde para quién trabaja. 


Montaron un plan en el que Rueda estaba en el centro, en tono presidencial, rodeado por los cuatro candidatos aspirantes, con la intención de que se enzarzasen entre sí y evitaran que el candidato del PP tuviera que hablar mucho, sabedores de que es su mayor debilidad.


Pero los adversarios no cayeron en esa trampa como se esperaba. Al contrario, se dijeron cosas que hace años que no se escuchaban en el ente público gallego, y expusieron a Rueda a una catarata de datos y acusaciones permanentes a las que el popular no supo dar respuesta.


Ana Pontón habla como una presidenta, Besteiro hizo su papel con oficio, y Marta Lois e Isabel Faraldo fueron eficaces. En conjunto, las mujeres brillaron más, estuvieron pletóricas, lo que también es un índice del cambio social que se está produciendo en Galicia. Veremos si después de la catástrofe de ayer, Rueda se decide a acudir al debate de la TVE, porque la repetición de una debacle así, podría transformarse en una hecatombe electoral.


Que Rueda es un mal candidato, carente de carisma, lo sabe hasta el último empleado del PP, y el debate lo confirmó. Por eso trataron de evitar su participación hasta el último momento. A pesar de que hoy, los medios afines intentan restarle importancia y convertir el debate en un injusto cuatro contra uno, Rueda fue presa de sí mismo. 


Le falta cuajo político, facilidad de palabra y credibilidad. Sufrió un suplicio durante el tiempo que duró el debate, pasó un mal trago, se puso nervioso, dudó y no ofreció una sola respuesta convincente. Se le veía incomodo y no lo podía esconder. Rueda, olía el miedo.


Su momento culminante, llegó cuando hizo un “Xavi”, emulando al entrenador del Barça, para quejarse de que la oposición no le reconoce ningún mérito. ¿Quién le dijo que la oposición está para alabar al gobierno? ¿No le explicó su mentor lo que hace en Madrid? 


El que defiende el puesto, tiene el poder y tiene que adoptar una posición diferente. Va de hablar de los éxitos de gestión, de demostrar un mayor conocimiento que los temas, va de defender las políticas ejecutadas y de anticipar las que quedan por hacer. Va, en definitiva, de demostrar que el que preside la Xunta tiene la sartén por el mango porque tiene todo el poder de la institución y debería dominar más información que la oposición. 


Pero no pudo con ello porque, además, lo que defiende Rueda es indefendible y acabó como acaban siempre los dirigentes del PP, metiendo el miedo en el cuerpo a los gallegos con un gobierno de coalición. 


Otro error, porque los gallegos estamos acostumbrados a los gobiernos de coalición. De hecho, más de dos millones de gallegos viven en concellos gobernados por coaliciones, y no les va a meter miedo que la Xunta la gobierne una coalición.


En definitiva, era visto que al PP el debate le iba a salir mal, porque no tiene candidato y eso, lo saben en el partido perfectamente y son consciente de que, esta vez, el propio aparato del partido va a tener que echar el resto para compensar las carencias del candidato.

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