lunes, 19 de febrero de 2024

Catástrofe socialista

András, 19 febrero de 2024


La victoria del PP no era lo que se dirimía en las elecciones gallegas, sino si sería capaz de revalidar la mayoría absoluta y, por supuesto, que lo fue. El aparato popular es muy poderoso en Galicia, y podría hacer que el propio Besteiro fuese presidente.


El análisis de los comicios pasa, fundamentalmente, por la catástrofe del PSOE que, por desgracia para los socialistas, no se debe únicamente a un único problema, de mayor o menor calado, sino que es fruto de una concatenación de traspiés que han llevado al partido al peor resultado de la historia en la comunidad gallega. 


Igual que el PP encadena mayorías absolutas, el PSOE colecciona errores elección tras elección. El partido, que cuenta con una presencia municipal bastante potente, no es capaz de encontrar un candidato autonómico con tirón pero, sobre todo, no hay un proyecto claro de qué es lo que quieren para Galicia. 


Besteiro, cayó como un paracaidista enviado desde Madrid, inició la campaña en clave nacional, con un proyecto muy confuso porque, la triste realidad, es que el PSOE no tiene un proyecto que presentar a los gallegos. Se mueve entre el PP y el BNG, y no tiene nada que le diferencie de sus adversarios. 


El PSOE no acaba de encontrar la forma de llegar a los gallegos con un proyecto ambicioso que marque una clara diferencia con la derecha y el nacionalismo. ¿Qué ofrece diferente del BNG? Nada, es más, los nacionalistas defienden un proyecto que en Madrid no está condicionado por nadie, mientras que el PSOE va a depender de lo que indiquen en Ferraz antes de tomar decisiones en Galicia. Y eso la gente lo sabe. Los socialistas gallegos se están convirtiendo en la marca blanca de los nacionalistas y, para eso, la gente prefiere el original.


No se puede competir en unas eleciones autonómicas en clave nacional. Galicia es diferente, la gente quiere saber qué se les propone para su tierra, no quieren saber nada de ETA ni de la amnistía. Ese mismo error lo cometió el PP, y a mitad de campaña lo rectificó, aunque bien es cierto que el PP no necesita cambiar ningún tipo de discurso, porque su electorado en Galicia es fiel y vota sin exigir nada.


El PSOE ha hecho una campaña lamentable, ni el candidato, ni el discurso, ni la dirección de la campaña fueron lo que tenían que ser. Se presentaron a las elecciones pensando que ya tocaba un cambio, como si fuera algo que tenía que ocurrir sin que fuese necesario hacer nada. Dejaron que el BNG hiciese el trabajo del cambio pensando en aportar algunos diputados para desalojar al PP del poder y el batacazo ha sido histórico. 


Ahora deben prepararse para muchos años de oposición, y ya no digamos para gobernar. Tiene que definirse, tener una estructura de partido fuerte, con continuidad y recorrer toda Galicia explicando qué ofrecen a los gallegos. Deberá elegir entre ser españolista, galeguista, nacionalista o europeista, y dejar de situarse en todos los sitios y en ninguno a la vez.


Y no lo tiene fácil, porque el nacionalismo de Ana Pontón no es el radical, sino el que quiere gobernar para mejorar las condiciones del país. El BNG le ha comido el discurso en Galicia a los socialistas, son más creíbles, pero, sobre todo, dice claramente lo que quieren y el PSOE vive en un limbo ideológico. 

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