András, 14 abril de 2023
La maternidad subrogada, conocida coloquialmente como vientre de alquiler, está prohibida en España, de momento. Puede que algún día se legisle sobre ello y, como cualquier avance en derechos sociales, deberá ser bienvenido.
Sin embargo, con todo el revuelo que se ha formado a raíz del caso de Ana Obregón, el asunto ha vuelto a la primera plana de la actualidad informativa por un doble motivo. Uno, la discusión sobre si la maternidad es un derecho; y dos, como consecuencia del amarillismo que rodea todo lo que afecta a esta señora.
Que se trata de un asunto polémico es evidente, y mucha gente habla sobre el tema mezclando la información que recibe con su propia argumentación, formando una ensalada de difícil comprensión. En todo caso, la maternidad subrogada, está pensada para otro tipo de situaciones y dista mucho de lo que es el caso de Obregón.
Si lo he entendido bien, los hechos son los siguientes. Se trata del caso de una persona que lleva toda la vida vendiendo su intimidad, que ha comprado un niño engendrado con el semen de su hijo fallecido y que piensa criarlo como si fuese su hijo a pesar de contar con una edad bastante avanzada.
Además, todo eso lo expone a la opinión pública en portadas de medios de comunicación y, por supuesto, cobrando, en un país donde todo ello está prohibido. Pero la cosa no acaba ahí porque, para rizar el rizo, anuncia que piensa darle un hermano a su nieto. No me digan que todo esto no tiene más que ver con el aspecto amarillo que con un debate sosegado sobre un tema de tanto calado.
De todos modos, lo verdaderamente grave no son los hechos en sí mismos. Lo lamentable es que, con toda esta exposición pública, ya se le está quitando al recién nacido lo que es único e intransferible para cada persona, que es el derecho a su privacidad. Es decir, el bebé aún no piensa por sí mismo, pero su imagen pública ya no depende de él, porque se han encargado de hipotecársela para el resto de su vida.
Como en todo, el foco debemos de ponerlo siempre son los menores, son los que hay que proteger y a quienes debemos defender, porque son quienes pagan las consecuencias de aquella gente que solo piensa en su vanidad. Como la de esta señora que, para satisfacerla, acudió al mercado de la compraventa subrogada. A saber, a qué circunstancias tan tremendas tendrá que enfrentarse este bebé por el capricho que ha podido sufragarse la progenitora de su padre.
Publicado en PontevedraViva.com el día 14 de abril de 2023
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