András, 02 febrero de 2023
Máximo Huerta
Hernández, conocido artísticamente como “Máxim”, es un tipo que se ha destacado
por haber llegado a ministro sin tener méritos para ello y por haber defraudado
a Hacienda. Lo primero no es mérito suyo, lo segundo sí. Ser uno más de la
larga lista que engrosan los exministros sin mérito alguno no es culpa suya,
sino de quien cometió el enorme error de ponerlo en el lugar que no le correspondía.
Ser un defraudador de Hacienda, sí que es mérito y responsabilidad absoluta
suya.
El caso es que, además de no estar preparado para la empresa de llevar una cartera ministerial en un Gobierno del Reino de España, cargo que, además, ensució por su fraude con la hacienda pública, ahora hemos sabido que se trata de una persona desagradecida con quien, durante algún tiempo, le elevó a los altares de participar en un consejo de ministros.
Por eso se dedica a ir por ahí hablando mal del presidente del Gobierno, y contando cosas que van más allá de su impresión personal. En realidad, lo que hace ahora es lo que mejor se le da, que no es otra cosa que participar en saraos amarillos en los que se despelleja a quien en cada momento conviene por un puñado de euros. Pero bueno, ya sabemos que la culpa es de Pedro Sánchez, que insistió en aportar su granito de arena a la devaluación del cargo de ministro con el nombramiento del gran “Máxim”.
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