András, 13 febrero de 2023
Ximo Puig ha
caído en la misma trampa, en el uso de la misma excusa en la que sucumbieron
otros cuando fueron acusados de lo mismo. De corrupción. Esa palabra tan temida
que hacía tiempo que no salía a la palestra por la aparición de un nuevo caso.
Posiblemente, él ya sabía que diría lo mismo si algún día se veía en la misma
situación. Me refiero al tan manido “eso ocurrió cuando yo no era responsable
del partido”. Lo han utilizado todos los que se han visto en la misma tesitura,
porque saben que los muy acérrimos, los del partido de toda la vida, aquellos
que les van a votar, no por ir a su favor, sino por ir en contra del
adversario, no les va a importar.
Para eso solo hace falta un grado de caradura razonable, que le permita no ponerse colorado ante los medios. Lo demás es fácil. Además, cuando lo han hecho una vez, la segunda ya no supone apenas sonrojo. Pero todo le sonríe porque, si finalmente alguno de su partido es condenado por malversación, ya le habrán arreglado el camino sus compañeros de Madrid, en forma de reducción de las penas por malversación. Es lo que tiene trabajar en política, que todo son ventajas.
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