viernes, 10 de febrero de 2023

A lomos de la soberbia y la indolencia

 András, 10 febrero de 2023

Por si alguien tenía dudas, el pasado fin de semana Núñez Feijoo nos dejó claras muestras de lo que representa y de cuáles son los espejos en los que piensa mirarse si llegase a gobernar. En un acto de ensalzamiento personal, se hizo acompañar por Aznar y M. Rajoy, y aprovechó para recuperar el famoso, “váyase” del primero, en un guiño de pleitesía al gurú vallisoletano.

Feijoo los juntó porque cree que pueden ser sus modelos de futuro, y porque de ellos puede copiar el engreimiento del que obró el “milagro” del ladrillo en España y la dejadez de quien no hizo nada para evitar el procés en Cataluña. De todo ello, bien aderezado con la más que evidente necesidad que tendrá para pactar con Vox, obtendrá el engendro que nos espera si el PP gana las próximas elecciones. Un cóctel explosivo y regresivo.

Sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, si logra gobernar bajará la tensión, desaparecerán las insinuaciones a la legitimidad del gobierno y ya no se hablará de pactos dañinos para la democracia, aunque éstos vengan de la mano de los herederos de quienes impusieron una dictadura en España durante más de cuarenta años. Es decir, con el PP llegará de nuevo la tranquilidad a España y la crispación será un mal recuerdo, básicamente, porque los encargados de generarla habrán logrado por fin ser los dueños del balón.

Pues eso, que Feijoo quiere alcanzar la Moncloa a lomos de la soberbia y la indolencia que representan sus mentores, y de la caspa y la regresión que supone encamarse con la ultraderecha. ¡Que Dios nos pille confesados! A todos, no solo a los creyentes…

Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de febrero de 2023

No hay comentarios:

Publicar un comentario