viernes, 15 de mayo de 2020

Sobreactuación

András, 15 Maypo de 2020

La extraña situación que estamos viviendo servirá para replantearnos nuestra forma de vida. Cómo país tendremos que aprender a planificar más y mejor, a apostar más por lo público; e individualmente, habrá que cambiar muchos hábitos.

El confinamiento, y estar a medio gas, sirve para pensar. Para reconsiderar muchas cosas, para reorganizar, ordenar y, sobre todo, para hacer aquello que en el día a día no hacemos. Todos estamos haciendo propósito de mejora y de retomar actividades que no teníamos como prioritarias o que, por lo menos, no las considerábamos como tal.

Lo mismo deberían hacer los partidos políticos. Es tiempo para cambios, y no estaría de más que le metiesen mano, de una vez por todas, a la selección del personal que conforma las listas electorales.

Gracias a la mayor pausa con la que estos días se puede analizar las cosas, muchos se habrán dado cuenta de que el trabajo de diputado es un chollo. Los debates en el Congreso son el mejor ejemplo de lo sobrevalorados que están. No solo en lo que a emolumentos se refiere, sino también en cuanto a las competencias que se necesitan para ello.

Se podría decir que los diputados conforman un sector cuyo desempeño no siempre va acorde con el convenio que debería regular sus salarios. Buenos sueldos, pocas horas de trabajo, formación mejorable, poco empeño y peor desempeño. Dejando a un lado algunos de los primeros espadas, el resto son, en su mayoría, malos actores de reparto y figurantes.

No entiendo porqué al Congreso le llaman Parlamento si la palabra es, precisamente, la peor tratada. Encorsetados en tiempos absurdos, los diputados de la oposición leen un papel que les han escrito, y los ministros leen otro que nada tiene que ver con lo que les han preguntado. Son solo preguntas vacías para respuestas prefabricadas. 

Ni siquiera son capaces de memorizar lo que les han escrito, y leen mal, con errores de dicción y acentuación, demostrando que no han sido ellos quienes lo han redactado. Solo lo hacen porque les ha tocado presidir algún tipo de comisión o grupo de trabajo, lo que les supone un suplemento en su salario, pero no saben leer, no saben argumentar, no saben preguntar, no saben responder, en definitiva, no saben parlamentar, que es lo que se supone se hace en el Parlamento.

Cada sesión en el Congreso es más de lo mismo, sin cambios. Sánchez y Casado acusándose como siempre de lo mismo. La actuación o sobreactuación tan previsible de los de siempre. Nada nuevo, nada aprovechable, nada que sirva para nada. Salvo para excitar la sobreactuación de sus fieles en las redes sociales. Fiscalizar al Gobierno no es soltar frases mitineras más o menos pomposas. Y gobernar no te da derecho a cambiar las respuestas por soflamas. 

Publicado en PontevedraViva.com el día 15 Mayo de 2020



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