Pontevedra, 14 Septiembre de 2018
Con la celebración del 11 de septiembre arrancaron los actos del primer aniversario de la cosa esta catalana que nos tiene tan entretenidos,y que tendrá su momento álgido el día 1 de octubre, fecha en la que se celebre el día de la independencia.
Que las leyes de desconexión aprobadas por el Parlament fueran inconstitucionales, o que el referéndum no tuviese validez jurídica, es lo de menos. Lo importante es lo que los independentistas decidieron sin contar con el resto de catalanes y obviando la legislación vigente.
Desconozco cómo se explicará todo esto en los libros de texto de la nueva República, pero deberían remontarse al año 2012 para decir que por aquel entonces gobernaba Artur Mas y que era socio del Partido Popular. Curioso, ¿no?Los mismos que ahora odian, hace siete años eran sus socios de gobierno. De igual modo que los que ahora se han convertido es su muleta política, Esquerra, antes eran sus mayores rivales nacionalistas.
Son cosas de la política, pero los pequeños catalanes deberán entender que todo aquello era por el interés común, no porque el gobierno convergente tuviese nada que ver con esos terribles ogros que son los del PP. Que Mas llevara a cabo en Cataluña los mayores recortes económicos de la historia reciente, no fue debido a que la crisis económica arrasaba con todo, y ni siquiera Cataluña, el pulmón industrial de España por aquel entonces, se libraba de ella, sino por imposición de su socio en el Gobierno de España.
Fue en ese mismo momento cuando surgió el movimiento de los indignados del 15M y en Cataluña se les dio por acampar en la Plaza Cataluña, y los mossos de escuadra, siguiendo instrucciones de Mas, cargaron con violencia contra ellos para sacarlos de allí. En esta parte, los jóvenes de la nueva República se divertirán con la anécdota de la salida de Mas en helicóptero del Parlament.
También fue entonces cuando, en ese ambiente de crisis económica, los recortes y los indignados, se creó la Asamblea Nacional Catalana, que fusionó rápidamente el malestar socioeconómico de la sociedad con la reivindicación nacionalista, tratando de culpar a España de todos los males de Cataluña. Y de ahí salió una de las frases más famosas del nuevo himno catalán, el tan celebrado mantra de “España nos roba”.
La crisis económica le vino a Mas como anillo al dedo. Agobiado por la crisis, los recortes y los indignados, la ANC se convirtió en su salvavidas. Echarle la culpa a España de los recortes era la mejor cortina de humo para que la sociedad catalana enfocase su enfado hacia otro sitio.Y así fue como Mas se convirtió al independentismo, porque hasta esa fecha solo era un simple nacionalista.
Lo que ocurrió desde entonces es bien sabido. Una serie de fracasos de los independentistas a cada cual más sonado, pero que en los libros de texto se contará de forma bien diferente. Nada se dirá del fracaso electoral de Artur Mas, del primer referéndum fallido de 2014, de la posterior unión de los antisistema con los nacionalistas, de la caída de Mas, de la fuga de Puigdemont o de los consellers encarcelados.
Tampoco se mencionarán los acontecimientos ocurridos en 2017 que provocaron la aplicación del artículo 155. Todo esto seguro que se sabrá disimular y maquillar en pos del buen adoctrinamiento de los nuevos catalanes independientes.
En fin, ironías aparte, ¿quién está a día de hoy más cerca de alcanzar sus objetivos, los independentistas o los constitucionalistas? ¿O estamos, por el contrario, ante un formidable fracaso de todos?
Lo único incontestable es que los políticos de hoy ya no son los de hace seis años, pero los problemas son, y los siguen sufriendo, los mismos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 14 de Septiembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario