Pontevedra, 05 Enero de 2018
Tras casi 500 días de
incertidumbre y desesperada angustia, el
caso de Diana Quer está a punto de resolverse. Lo estará definitivamente cuando
el presunto asesino sea condenado por un juez y cumpla la larga condena que, según
todo parece apuntar, le va a caer.
Un hombre de 41 años, con cara
de caricatura y apodo de golosina, es el presunto culpable del asesinato. Todos
los asesinos son presuntos mientras no haya una sentencia condenatoria firme, y
eso es lo que los diferencia de sus víctimas, que nunca son presuntas, sino
directamente víctimas, asesinadas
vilmente por cobardes machistas que solo ven el mundo a través de su bragueta.
El caso de Diana no es
diferente a muchos otros, a pesar de que aún se esté dilucidando si hubo o no
agresión sexual. ¿Es que alguien cree
que la mató porque le quería robar la cartera? Está clarísimo que detrás de
este asesinato se esconden intereses sexuales, como en casi todos los casos.
Este sujeto, que solo quiere a
las mujeres como objeto sexual, no tiene
el cerebro suficiente para ver más allá. En el fondo es un pobre hombre
limitado por su capacidad intelectual, que actúa como un animal y que cree en
la supremacía del macho sobre la hembra. Seguramente es un inseguro que no
confía en sí mismo, que tiene un montón de complejos y que no sabe que las mujeres
valoran otras cosas de los hombres. Por eso trata de imponerse por la fuerza, y
si ve que se le resisten las mata y punto.
El caso quedará resuelto, el
Chicle acabará pegado en la pared de alguna prisión y posiblemente algún día
volverá a gozar de una segunda oportunidad en libertad. Pero a Diana se le acabaron las oportunidades
por culpa de un descerebrado y acomplejado machista que le truncó la vida
en su juventud.
El problema ahora es saber
dónde va a surgir el próximo caso. ¿Cuántos
tipos como éste nos rodean? ¿Quién será el próximo en salir a la luz? Hay
más, es probable que vivan cerca de nosotros y que vigilen a nuestras mujeres,
a nuestras amigas o a nuestras hijas. La sociedad tiene que poner fin a esta
barbarie y los gobernantes tienen la obligación de legislar.
La semana pasada se puso en
marcha el Pacto de Estado contra la Violencia Machista, pero eso no vale de
nada si no se traduce en medidas contundentes y eficaces contra esta lacra.
¡Acabemos con esto!
Publicado en PontevedraViva.com el día 05 de Enero de 2018
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