Vilanova de Arousa, 02 Septiembre de 2017
Después
del último debate me quedó claro que en este país, y por más que se empeñe la
oposición, tenemos Rajoy para rato. ¿Cómo es posible sino, que un Presidente
acosado por la corrupción y la justicia pueda salir vivo ante el todopoderoso
Pablo Iglesias?.
Mi
respuesta es clara: a Pablo Iglesias le cegó la ambición en la investidura de
Pedro Sánchez, y aquella, que fue su oportunidad, no la tendrá jamás. Puede
pedir las comparecencias que quiera, pero todo lo que comunica ya no es
creíble. Los votantes de izquierda, a diferencia de la derecha, no perdonan.
Dicho más claro, los ciudadanos duermen más tranquilos dejando el país en manos
de Rajoy que en las de Pablo Iglesias. Y eso no es culpa de Rajoy. Tampoco es
culpa de Rajoy que la izquierda del Parlamento no sea capaz de unirse para desbancarle
del poder, pero si se unan para solicitar una comparecencia inútil.
Comparecencia que el Presidente, más listo en el debate, aprovecha para atizarles
y salir airoso.
Me
gustó el discurso de Margarita Robles sin utilizar papeles, (algo que deberían
copiar los demás, incapaces de contestar a una réplica de dos líneas sin leerla),
pero que no vale de nada ya que su discurso defiende un PSOE ausente en la
Cámara, que se sigue construyendo sobre sentimientos e intereses y no en torno
a un líder con capacidad de ilusionar.
Con
estos mimbres y con la deriva de los partidos catalanes, ¡menos mal que nos
queda Rajoy! ¿Se imaginan lo que sería un PP en manos de Rafael Hernando, Aznar
o Pablo Casado?
Señores
de la izquierda, no pierdan el tiempo en explicar lo mal que lo hizo el PP, eso
ya lo saben todos los españoles. Pongan sus esfuerzos en proyectos ilusionantes
para quién dicen representar. Olvídense de egos personales y sean fieles a su
ideología. Sólo así podrán volver a ilusionar a sus votantes y ser útiles a los
que con tanto afán dicen representar.
Publicado por Ángel Varela Señoráns (Jubilado de Correos)
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