Pontevedra, 15 Septiembre de 2017
El
independentismo catalán ha metido una nueva marcha al proceso soberanista e
ilegal en el que han metido a Cataluña, y como todos los sectarismos, cuentan con el miedo para
alcanzar sus objetivos. O estás conmigo o contra mí, esa es su máxima, y
piensan llevarla hasta las últimas consecuencias.
Y el blanco de sus ataques son aquellos
catalanes contrarios al proces o que por
lo menos, no se han decantado a su favor. Vivimos en un país en el que no valen las medias tintas,
en el que no vale tener una posición descafeinada, en el que no se permite
entender las posturas de dos bandos tratando de ver lo bueno y lo malo de cada
uno. Aquí se nos exige “mojarnos” y
expresar una opinión que nos posicione. No vale la flojedad argumentaría ni la
equidistancia.
Hablo de los otros en discordia,
aquellos que no tienen una opinión formada, o por lo menos no la tienen tan
clara como los que defienden las otras posturas; muchos de los cuales, tampoco
lo hacen por convencimiento pleno, sino porque se dejan llevar por presiones y
malas influencias de partes interesadas. Por eso en Cataluña, los otros en discordia son señalados. O eres
independentista o no eres catalán, y a eso se le llama sectarismo.
Este tema afecta ya a la mayoría
de la población. Unos por interés y otros por hartazgo (la mayoría). ¿Qué sucede con aquellos catalanes que
dentro de Cataluña se han posicionado contra del proces, la independencia y lo que muchos definen como un fraude a
la ciudadanía? ¿Por qué no se definen los empresarios, la patronal, los
intelectuales o personas relevantes de la sociedad catalana contrarios a la
independencia? ¿Por miedo a qué? ¿Quizás por miedo a ser señalados, acosados e
incluso apartados? ¿Por qué solo se
manifiestan aquellos que son favorables al proces?
La sociedad catalana está rota y volver a coserla no será cosa fácil.
Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de Septiembre de 2017
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