Pontevedra, 20 Septiembre de 2017
Defender cualquier idea, siempre que se haga por cauces democráticos y
respetando a quienes no piensan igual, es un derecho. El problema surge cuando
el que la defiende, por muy legítima que esta sea, lo hace negando la realidad
y argumentando falacias y mentiras. Decir que el estado español es opresor y
represor resta credibilidad y razón a quien pretende ganar un debate utilizando
tales argumentos. Beiras, al que tengo un enorme respeto, se equivoca
enormemente cuando afirma que hay que rebelarse contra un estado de excepción
no declarado. O cuando dice que estamos en un franquismo sin Franco. A no ser
que se refiera a la situación de auténtica vergüenza y descalabro que se vive
en Cataluña, donde sus colegas independentistas has perdido el norte y se han
echado al monte. Eso sí que es una situación de excepción enormemente
preocupante y que exige medidas inmediatas. Falacias al servicio del
secesionismo.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el día 20 de Septiembre de 2017
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