Pontevedra, 17 Febrero de 2017
Tras la celebración de los congresos de Podemos y el PP, podríamos jugar
a buscar las diferencias entre ambos. El lugar escogido por cada uno ya decía
mucho, porque mientras la Caja Mágica parecía el lugar perfecto para que el
mago Mariano hiciera de las suyas, Podemos dirimió sus diferencias en el coso
de Vistalegre, a priori, el lugar perfecto para recibir una estocada.
En cierto modo, los dos partidos han unido su futuro celebrando sus
congresos el mismo fin de semana. Dos partidos, dos ideologías, dos formas de
organización, dos liderazgos diferentes, dos formas de ver la sociedad y dos
formas muy distantes de dirimir las diferencias internas. Ambas formaciones han
reelegido a sus líderes, pero mientras en el PP la unanimidad es casi una
condición antes de votar, en Podemos la democracia interna funciona algo mejor
y la elección de Iglesias ha dejado tierra quemada por medio y posiblemente
algún cadáver político.
¿Qué consecuencias tendrán sobre el tablero político ambos congresos? Es
verdad que los dos han afrontado este evento desde coyunturas bien diferentes.
El PP está en un momento muy dulce, donde han conseguido la investidura tras un
año muy complicado, tienen a la oposición medio muerta y no ven a medio plazo
ningún problema que pueda poner en peligro el liderazgo de Rajoy, que incluso
se ha permitido el lujo de estirpar de la dirección del partido cualquier
vestigio del pasado aznarista. El único vínculo con aquella etapa es el propio
Rajoy.
En Podemos, por el contrario, afrontaban su Asamblea Ciudadana desde una
situación radicalmente diferente. Divididos, con diferentes formas de entender
su papel en la política española y con grandes diferencias entre el número uno
y el dos que les están costando cierta distancia con la ciudadanía. Quizás lo
único que han logrado despejar en esta ocasión ha sido su indecisión sobre la
estrategia política a seguir, y ahora parece claro con quienes pueden negociar
posibles pactos y que aliados necesitan.
En el PP ganan todos (al menos a vista de la opinión pública) porque no
hay debate, no hay confrontación de ideas y nadie se atreve a moverse para no
salir en la foto. En Podemos por el contrario, el numero dos se atreve a
enfrentarse al líder sabiendo que las consecuencias de ello pueden ser
dramáticas para él. Sin duda el modelo de Podemos es más democrático y participativo,
pero serían más fuertes si en lugar de hacer limpiezas ideológicas internas,
aglutinasen a los perdedores.
En el PP pocos cambios a partir de ahora. No hacer nada es lo mejor. En
Podemos más cambios a corto plazo. Sobre todo de cara al mensaje y a la
estrategia política, porque será un partido más hostil al pacto político con el
PSOE. Y esto, sin duda, a quien beneficia es a Rajoy, que ha ganado dos
congresos en el mismo fin de semana, el del PP y el de Podemos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de Febrero de 2017
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