András, 28 agosto de 2023
En el PP no
tienen límites. Y no me refiero a ese tipo de límites que te frenan a la hora
de a luchar por los intereses de la ciudadanía a toda costa, preocupado por los
avances sociales y el bienestar de todos. Esos son límites legales. Me refiero
a que es un partido que no tiene límites cuando de alcanzar el poder se refiere.
Esto, que inicialmente podría considerarse como algo positivo, en el sentido de
ser muy vehemente y constante en la defensa de unos intereses, en el caso del
Partido Popular, significa todo lo contrario.
La reciente intención que han deslizado, para que los diputados del PSOE que se puedan sentir descontentos con la gestión de Pedro Sánchez a cargo del partido y del Gobierno, les voten en la investidura, es incalificable. Incalificable porque, de forma velada, están apelando al transfuguismo como única salida para alcanzar el Gobierno de la nación.
Sabedores de que parece poco probable que una mayoría parlamentaria les otorgue la confianza que necesitan, apelan a cualquier amaño que esté a su alcance, sin ningún tipo de pudor, en una actitud que solo se puede definir de rastrera y que roza lo antidemocrático, porque demuestra que lo suyo es el juego sucio y la trampa. Buscar cualquier medio para alcanzar el poder al precio que sea.
Después del ensayo con éxito del Tamayazo en la Comunidad de Madrid, se ve que han cogido experiencia y, sobre todo, han perdido la vergüenza. Transfuguismo, despidos en diferido, presidentes del gobierno que envían mensajes de apoyo a presuntos corruptos, cobros de sobresueldos de difícil explicación y oscuro origen, mentiras a diestro y siniestro sin ruborizarse, negar la legitimidad de un gobierno de coalición… ¿Dónde está el límite del PP?
Posiblemente, su límite llegue con un hipotético apoyo golpista en el caso de que, por desgracia, se volviese a producir en España. A fin de cuentas, son los de toda la vida, pero con otro traje, ¿no? Esa es la ventaja de la derecha española, que en democracia o en dictadura, siempre ganan.
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