viernes, 10 de septiembre de 2021

¿De qué independencia judicial nos hablan?

 András, 10 Septiembre de 2021

Cuando los políticos nos hablan de temas pendientes, de urgencias o de asuntos que deben ser atendidos de forma prioritaria, sabemos que solo se refieren a aquellos que afectan al cobro de impuestos o modificaciones de leyes para incrementar algún tipo de control sobre la ciudadanía. Porque aquellas cuestiones que afectan directamente a sus intereses, ya sabemos que no son importantes.

Esta semana, ha tenido lugar la apertura del curso judicial que, por cierto, es una auténtica estupidez, porque la Justicia debe estar los 365 días del año a pleno rendimiento. En todo caso, ha servido para que volviésemos a escuchar los mismos argumentos y soflamas de siempre.

Todos dicen (y saben) que por mandato constitucional deben renovar los cargos del CGPJ, pero nadie lo afronta, unos por otros y otros por unos, pero con todo sin hacer. Y así están, con el mandato caducado desde 2018. El Gobierno acusa a la oposición, ésta al Gobierno y los miembros del CGPJ se ponen de perfil y no dimiten porque perderían posición y unos suculentos emolumentos.

Por tanto, ¿a quiénes perjudica esta situación? Aparentemente, de los tres actores principales, a ninguno.

La Justicia es, para los políticos, un motivo más de disputa, y están dispuestos a mantener el pulso el tiempo que haga falta porque de ello dependen buena parte de las expectativas de tener mayor o menor éxito cuando alguno de los suyos caiga en la tentadora tela de araña de la corrupción.

Todo es cinismo y apariencia. Como el discurso del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, que ya empieza a ser una tradición escucharle decir que lo que está en juego no es un enfrentamiento político entre PSOE y PP, sino la propia independencia de la Justicia. Ellos dicen que tienen diferentes formas de asegurar la independencia de los jueces, pero están de acuerdo en algo, en que ambos quieren dominarlos.

¿De qué independencia nos hablan? ¿De la que consiste en repartirse los cargos entre PP y PSOE? ¿Es esa la independencia judicial que debe tener un país moderno y democrático en la Europa del siglo XXI? ¿La mitad de cargos socialistas y la otra mitad conservadora?

En principio, podría parecer este un asunto corporativo o de menor trascendencia para el ciudadano por lo que tiene de enfrentamiento político partidista. Pero trasciende, en cuanto que revela un deterioro de la cultura democrática, con la cronificación de un conflicto que desgasta a uno de los poderes del Estado. ¿Les parece poco?

Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de Septiembre de 2021

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