Pontevedra, 07 Julio de 2017
No es frecuente ver guerras entre los
dirigentes del PP. No porque no haya, sino porque suelen hacerlo en la sombra. En este aspecto hay que reconocer que
son muy disciplinados y anteponen casi siempre el interés del partido al
personal. Pero también son humanos y ansían su cuota de poder como cualquier
político, lo que pasa es que lo disimulan bien, y no acostumbran a sacar los
trapos sucios a la luz pública. Al menos mientras no es necesario.
La última víctima es Cristóbal Montoro,
que está recibiendo palos de todos lados. También es verdad que él no lo ha
puesto difícil, porque a su bufete especializado en elusión fiscal, une una
reprobación en el Congreso y un varapalo del Tribunal Constitucional anulando
su ineficaz e injusta amnistía fiscal. A
Montoro le tiemblan los cimientos y es ahora cuando aparecen los que tienen
algo que cobrarle.
Este suele ser un comportamiento típico
de antiguos dirigentes que por una u otra razón han caído en desgracia, motivada casi siempre por una pérdida
repentina de poder debido a investigaciones por supuestos casos de corrupción.
Es el caso del Soria, el exministro de
Industria, que quince meses después de su forzada dimisión, amenaza con
publicar unas memorias en las que podría apuntar a Montoro. ¿Por qué no lo hizo
antes? Porque tenía poder y dinero. Ahora solo tiene dinero, pero eso no es
suficiente. Tras media vida subido en coches oficiales, lo ha perdido todo y ha
caído en desgracia, y eso lo hace muy
peligroso incluso para el propio partido que lo aupó al poder. Soria
pretende pasar factura a quien el día de su dimisión dijo que no podía estar en
el gobierno alguien que tenía dinero en paraísos fiscales.
Más allá de guerras intestinas
partidistas, los ciudadanos tenemos que pensar porqué esta gente no denuncia cuando deben y lo hacen solo cuando
se ven amenazados o apartados del poder. ¿Es que ellos no tienen el deber de
denunciar los presuntos delitos de los que puedan tener conocimiento? Para
arreglar la situación, el partido podría compensarlo con algún puesto bien
remunerado y una pequeña cuota de poder que, como siempre, pagarán los
ciudadanos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 07 de Julio de 2017
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