Libertad

András, 12 abril de 2025

Cuando veo las imágenes de la transición, de aquellos momentos en los que la ciudadanía luchaba por la libertad, cuando todavía los fantasmas del franquismo revoloteaban sobre las cabezas de la gente, amenazantes, sin la seguridad de que un nuevo régimen democrático se asentaría por fin en España. 

Cuando veo las imágenes de los estudiantes jugándose la vida delante de la policía franquista, cuando veo los porrazos y los golpes a gente que lo único que reclamaba era paz y libertad. Aquella si que era una lucha por alcanzar la libertad, porque no la había. 

Cuando veo que ahora gente como Ayuso, cuyo único mérito es servirse de la democracia que le permite decir todo lo que le viene en gana sin tan siquiera tener que decir la verdad. Cuando la veo reclamando libertad en la España del siglo XXI, pienso que me dan ganas de vomitar. 

Ahora es populismo, jugar de forma torticera con las palabras sin saber siquiera lo que significan. Tratar de encender a las masas descerebradas con eslóganes falaces que calan fácilmente en los cerebros donde cuesta más que entre el raciocinio.

La libertad que gente como ella disfruta ahora, y en la que se envuelve para avivar a las masas, no es más que la que lograron, entre otros, los estudiantes de los años setenta. La gente obrera, la gente inconformista, la gente que había tenido que enterrar a sus familiares solo por pensar diferente. En definitiva, la gente de izquierdas. ¿O es que alguien piensa que, si de la derecha dependiese, disfrutaríamos de una democracia y de libertad hoy en día?