András, 28 febrero de 2025
Antes de continuar con el contenido de este texto, una advertencia. Este artículo contiene un trasfondo de opinión que puede resultar dañino si uno se enorgullece de no leer nada, si detesta pensar o se traga cualquier bulo. De ser así, le ruego que obvie este asunto y que, por su salud mental, vaya directamente a contenidos más banales, como peleas callejeras o retos absurdos que pululan por las redes sociales.
En caso contrario, allá va mi opinión.
Hace unos días se celebró la Gala de los Premios Goya. Allí, además de hablar de cine, se disparó contra la abominación patriótica del odio mediante palabras.
Allí, se propuso la lucha antifascista mediante la cultura, un bien apartado y despreciado por la ultraderecha para despojar al individuo de su capacidad crítica y aborregar a las masas para que sigan los caminos del capital y su desregulación, tan lesivo para las personas.
Fue Aitana Sánchez-Gijón la encargada de resumir la intención global de la cultura del cine, que desplegó todo su esplendor en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada, por cierto, una ciudad mítica de mestizaje cultural.
Al recibir su merecido Goya honorífico, resumió lo que muchos ya habían dicho antes. No hay que tener miedo a la cultura, dijo. Hay que tener miedo a la ignorancia, al fanatismo y a la guerra. Hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y a las limpiezas étnicas.
A nadie con sensatez se le escapa que el cine es un arte multidisciplinar, donde confluye lo literario, lo pictórico, lo musical y muchas más cosas, para que la imaginación cree mundos imposibles.
Mundos que nos hacen reír, nos asustan, nos provocan el llanto. En definitiva, mundos que son la metáfora que explican el nuestro.
Y es esa imaginación y esos mundos los que nos ayudan a esquivar las trampas populistas del fascismo, lo que nos da la capacidad para desmontar las mentiras, los bulos, y nos capacita para reaccionar ante la injusticia y combatirla, porque la sabiduría y la cultura son el único antídoto contra el fascismo.
Es, pues, el momento de levantarnos en armas contra el fascismo. Pero que esas armas sean las palabras, que rebaten y enmudecen al fascismo.
Publicado en PontevedraViva.com el día 28 de febrero de 2025