András, 26 abril de 2024
El nivel que está alcanzando la política en nuestro país es directamente proporcional, pero en sentido contrario, a la madurez de la sociedad en la que vivimos. Parece como si la gente que ha escogido la política como profesión, fuese la más torpe de todos los profesionales que cada día se levantan para sacar el país adelante.
Lo último, que el presidente del Gobierno anuncie que se va a tomar unos días para decidir si continúa o no en el puesto. No se recuerda una cosa semejante. Entiendo que se pueda sentir molesto, incluso atacado de forma injusta, pero el jefe del Poder Ejecutivo, no puede dejar a la ciudadanía en vilo durante una semana para ver si volveremos a las urnas, si habrá una sucesión con la actual mayoría parlamentaria o si decide volver a tirar del carro.
La política española se ha convertido en un lodazal. Un espacio que se ha llenado de pseudolíderes que no le llegan a la suela del zapato a los verdaderos lideres del pasado; ni en formación, ni en lealtad democrática ni, mucho menos, en oratoria (véase, por ejemplo la etapa de la Transición). Ahora, entre mediocres y correveidiles que se agarran al puesto como lapas y que repiten como loros amaestrados el ideario del partido, sobrevive la vida institucional.
Además, seguimos arrastrando un problema de muy difícil solución y que nos puede volver a traer graves consecuencias a medio plazo. Me refiero al fascismo. La ultraderecha sigue viva en España, y continúa moviendo sus hilos, al acecho de la democracia para, en el momento en que tenga el menor resquicio por el que colarse, hacerse nuevamente con el poder.
Todo ello, con la complicidad de la derecha, que solo es democrática para lo que le conviene y que si se viera en la tesitura de defender la democracia o ejercer el poder, posiblemente escogería la segunda opción.
Se dedican cada día a minar las instituciones, a inventar falacias (lo que ahora llaman fake news) que van contra la esencia misma de la democracia, sin importarle quién o qué pueda caer por el camino, porque saben que en cualquier escenario revuelto, los vencedores siempre serán ellos.
El acoso político y mediático al que ha sido sometido el presidente Sánchez desde que se hizo con la presidencia por primera vez, es lamentable. Le han acusado de todo, le han insultado gravemente y le han relacionado con el terrorismo. Solo faltaba meter por medio a su familia y, por fin, ya lo han conseguido. El PP lleva semanas martilleando con presuntos escándalos de su esposa, todos, por cierto, mentira.
La gota que colma el vaso, es que un juzgado de Madrid haya aceptado a trámite una denuncia de la organización ultraderechista Manos Limpias, repleta de bulos y acusaciones falsas que, por cierto, ellos mismos reconocen como falso. ¿Cómo es posible que un juez admita a trámite un refrito de tal calibre? Ojo, vamos mal, es triste, pero por este camino, vamos muy mal.
Publicado en PontevedraViva.com el día 26 de abril de 2024
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