viernes, 17 de octubre de 2025

La vuelta al nacionalcatolicismo

 András, 17 octubre de 2025

Ayuso continúa traspasando límites. Vive en una ofensiva constante contra el presidente del gobierno que, en realidad, lo que esconde es una afrenta a la democracia y a las leyes. Lo último, negarse a cumplir la ley que obliga a registrar a los médicos objetores.


Se ha pasado tanto de vueltas, que ya no se trata de defensa de la libertad, como constantemente afirma, sino de fanatismo institucional. Cómo será la cosa, que cada vez hay más voces de indignación en su propio partido por las salidas de tono de esta pseudo lideresa, a la que los medios ultra conservadores pretenden elevar a los altares de la presidencia del país. 


Pero a ella no le importan las críticas,  ni las internas ni las externas. Ella está construyendo una cruzada personal contra los derechos de las mujeres envuelta en una bandera y moral ultracatólica. Tanto es así, que ha dejado de competir con Vox para que parezcan moderados. 


Feijóo, que tuvo que salir a desmarcarse de semejante afrenta, dijo que el si que está de acuerdo en cumplir la ley. Otra salida de pata de banco, porque que tenga que ser noticia que el líder de la oposición diga que se debe cumplir la ley, dice muy poco de la situación en la que vivimos.


Ayuso ha convertido Madrid en el bastión del nuevo nacionalcatolicismo español, un modelo donde la ideología se impone por decreto, y la religión marca los límites de la ley. La cosa ya no va solo de aborto o de enfrentarse a cualquier derecho social, sino de poder, de usar el cuerpo de las mujeres como campo de batalla para escalar políticamente.


Sabe que, en la derecha española, quien más grita contra los derechos ajenos, más foco mediático gana, y Feijóo, prisionero de su miedo a perder votos, se queda mirando como su partido se convierte en un púlpito político.


Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de Octubre de 2025


viernes, 10 de octubre de 2025

¡Ánimo, Alberto!

 András, 10 octubre de 2025

El presidente del gobierno ha vuelto a darle un buen repaso al moderado líder de la oposición en el Congreso. Con solo dos palabras, dejó en evidencia las carencias de Feijóo, poniéndolo en su sitio, por pusilánime y flojo.


Alberto inició la sesión con una performance típica de las suyas, un relato lleno de retórica patética, deficiente y aburrido, un discurso repleto de clichés y con un sarcasmo propio de un analfabeto funcional. 


Ajeno a lo que le esperaba, el primer aviso le llegó de su propio partido, cuando la bancada pepera le dedicó una ovación en la que destacaban más las caras de circunstancia que las de satisfacción, aparentando lo que en realidad no era más que el obligado peloteo.


Alberto se cuadró con un golpe de cabeza, con el gesto nervioso y el pelo alborotado que le han puesto para aparentar más modernidad, y en ese mismo instante sintió el mismo escalofrío que recorrió a Casado el día que recibió la misma ovación, justo antes de ser defenestrado.


Feijóo trata de luchar contra su propio destino, pero, ese hombre que no gobernó España porque no quiso, es el mismo que se traga los discursos de Ayuso sin rechistar, el que se mueve ideológicamente al ritmo que le marca la ultraderecha y el que no se quita la careta de indiferencia ni para dormir porque está obligado a mantener esa idea de estadista moderado a pesar de que no se entera de nada.


Pero Feijóo es la nada, es un tipo vacío por dentro y por fuera. Dos palabras le sobraron al presidente para desactivarlo. “Ánimo, Alberto” le dijo. Dos palabras que escondían lo que no le dijo. Es usted un meme, no tiene criterio, miente más que habla y ni siquiera tiene la personalidad suficiente para ofrecer una opinión propia.


En efecto, Feijóo no es más que el muñeco de Ayuso, quien se dio cuenta de que su incompetencia era lo que necesitaba para elevarlo como el candidato más torpe, alguien a quien poder quitar de en medio sin problema. 


Pero la culpa es de Feijóo, por aceptar un papel tan subsidiario con tal de sentir la ilusión de mandar. Cuando se apagaba en Galicia, y ya había tocado techo, quiso salir del pueblo para ir a la ciudad. Pero en Madrid hace mucho más frío que en Os Peares, y allí pasa totalmente desapercibido, porque se aplaude a Ayuso, y le toca hacer el papel de tonto útil para cuando se decidan a aupar a la lideresa madrileña.


Feijóo ha caducado, está amortizado, y las palabras de Sánchez le pusieron los pies en la tierra, sabedor de que los aplausos de sus colegas eran, en realidad, una despedida.


Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de Octubre de 2025


viernes, 3 de octubre de 2025

¡Déjenlas en paz de una vez!

András, 03 octubre de 2025


Nueva afrenta a las mujeres en Madrid. Mientras la derecha gobierne aquella comunidad autónoma, y en el ayuntamiento mande un facha disfrazado de conservador, los derechos de las mujeres seguirán sufriendo todo tipo de ataques.


Desde ahora, en Madrid se autoriza el acoso a las mujeres, porque  a cualquier mujer madrileña que se decida a interrumpir su embarazo, por circunstancias vitales que no son de su agrado ni del de nadie pero que, ciertos condicionantes imperativos lo hagan inevitable, a partir de ahora, por la voluntad de un miserable al borde de la acondroplasia, si tiene que pasar por ese amargo trago, se le va a multiplicar el sufrimiento malinformándola antes, para que pese sobre ella la mayor culpa posible y el peor futuro imaginable.


Imagino que el ultraje lo ejecutará algún tipo de brujo ultracatólico, que se encargará de meterle en la cabeza el peso de que, si interrumpe la gestación, sufrirá en el futuro de anorexia, bulimia, depresión, agresividad, tendencias suicidas, alcoholismo y, quien sabe si también, se le podría dar por hacerse de derechas.


El alcalde de Madrid es un ultracatólico rabioso, un fascista y un pigmeo intelectual. Eso que afirman del síndrome post aborto, y que proviene de la basura nazi que leen en Vox, no tiene sustento científico alguno y es una mentira equiparable al terraplanismo o a la existencia de masa cerebral en algunos cráneos de de la derecha.


Afortunadamente, esta aberración no afectará a las mujeres que están emparentadas con los grandes pensadores conservadores de la sociedad madrileña, porque sus maridos les proveerán de dinero para acudir a alguna de las afamadas clínicas privadas existentes en la misma comunidad y extraer de su cuerpo el futuro nazi que reside en su cigoto. Este es el cinismo de la ultraderecha.


La propuesta, asumida como propia por Almeida, que corrió a apoyarla por ser un entusiasta del machismo, partió de un pensamiento más torpe todavía, el de Vox. Almeida, que, igual que Ayuso goza de una mayoría absoluta en el ayuntamiento, no tenía necesidad alguna de aprobar semejante agravio para las mujeres madrileñas, pero lo aceptó y defendió porque, en el fondo, es como ellos.

Este tipo de actos crueles contra las mujeres suponen una vuelta irremediable al medioevo, del que algunos no hubieran querido, ni debido, salir. Dejen de una vez en paz a las mujeres, porque su libertad es, para el PP y Vox, la violencia reproductiva.


Publicado en PontevedraViva.com el día 03 de octubre de 2025