András, 31 octubre de 2025
Lo que ha ocurrido en la universidad de Sevilla no es un hecho aislado, es una advertencia, una muestra de cómo intentan colarse en las aulas los mismos de siempre, los que quieren una juventud dócil y sin voz crítica. Y lo hacen a lo grande, con cámaras, rodeados de matones y con discursos vacíos.
Al grito de "Franco, Franco" recibieron los estudiantes al agitador Vito Quiles en un acto lamentable en el que se normaliza el discurso fascista. No acabo de entender cómo de desinformada puede estar la juventud actual, qué poco sabe de la historia reciente de este país, para estar a favor de discursos fascistas y aplaudir la figura de un dictador que persiguió, encarceló y asesinó a sus abuelos.
Vito Quiles no es un fascista ideológico, es un oportunista. Es un tipo que ha encontrado una forma de lograr ingresos y atención mediática financiado por la derecha reaccionaria que añora tiempos pasados. Quiles es el tonto útil, el bufón que consigue dinero a cambio de difundir mentiras, manipular y atacar todo lo que huela a progreso.
Sin embargo, incluso para ser fascista, lo primero que hay que tener es ideología, y este personaje no tiene ni siquiera criterio, porque lo suyo no es convicción, es negocio.
Abandera la falacia de la supuesta bandera de la libertad, cuando no es más que propaganda, y ataca a quienes defienden sus derechos tachándolos de radicales. Ese es el mantra de la ultraderecha.
Estamos en un momento muy complicado, en el que se le ríen las gracias a los fascistas y se blanquea su ideología. La extrema derecha violenta ya está de nuevo aquí y como este tipo de actuaciones no sirvan para coger fuerzas y levantarse con ideas contra este pensamiento arcaico y manipulador, la historia corre el riesgo de repetirse.
Si la derecha oprime, la izquierda se ve obligada a resistir, y esta vez estamos en manos de la juventud, posiblemente la más formada de la historia, pero también la más manipulable.
Publicado en PontevedraViva.com el día 31 de octubre de 2025
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