András, 30 mayo de 2025
¿Por qué será que los salvapatrias que dicen ser más patriotas que nadie siempre son de derechas?
¿Por qué diferencian entre gente normal, si son de su cuerda, y el resto?
El prestigioso y humilde ideólogo de la derecha española ha vuelto a la primera plana informativa para exigir la recuperación de la dignidad en la política y poner fin a la sucesión de escándalos inaceptables que, según el que le redacta los discursos, la asolan.
Como declaración de intenciones no es mal mensaje.
El problema es que lo dice una persona que pertenece a un partido que llevó a España a una guerra ilegal en Irak con la mentira de las famosas armas de destrucción masiva.
Un conflicto que dejó miles de muertos y nos convirtió en objetivo del terrorismo internacional.
Lo pide quien estaba en el partido que manipuló desde el gobierno la autoría del atentado del 11M para intentar salvar unas elecciones.
Este es el personaje que tiene la osadía de hablar de ejemplaridad y dignidad.
La misma dignidad que perdió la política cuando el Partido Popular, en el que ya militaba, se convirtió en sinónimo de corrupción.
Sobresueldos, caja B, financiación ilegal y un sinfín de casos que todavía tienen a día de hoy a la justicia persiguiendo a decenas de cargos de su partido.
Aquellas no eran tramas sacadas de una serie de Netflix, eran tramas reales, sistemáticas y siempre ligadas al PP.
¿Y dónde estaba el ideólogo Alberto cuando todo aquello sucedió? No se le recuerda declaración alguna en contra de semejante latrocinio.
Sin embargo, ahora se dedica a realizar declaraciones pidiendo regeneración desde su púlpito de hipocresía y alineado con las posturas neoliberales.
Fue su partido el que hizo de los recortes una religión, vaciando el estado de lo público para llenar los bolsillos de unos pocos.
El mismo partido que, según el Tribunal Supremo, se lucró con la corrupción, convirtiendo la política en un sistema podrido.
Pero ahora reivindica dignidad política, altura de miras y responsabilidad de estado. ¿La misma que tiene el? Solo pretende desacreditar a los políticos de izquierdas, al gobierno, para intentar lograr lo que las urnas le negaron, pasando a la acción en las calles y sugiriendo métodos ajenos a la propia política.
¿Puede dar lecciones de dignidad quien incendia la política con mentiras?
¿Puede dar lecciones de democracia quien se disfraza de salvador de la patria y rezuma un tufo a autoritarismo asqueroso?
Lo mejor que puede hacer por la España que tanto dice querer, y por su propio partido, es dejar de dar lecciones y no presumir de lo que carece.
Váyase al carajo, señor Feijoo.
Publicado en PontevedraViva.com el día 30 de mayo e 2025