Pontevedra, 21 Agosto de 2015
“El
pisito”, película española de 1959 interpretada magistralmente por José Luis
López Vázquez y Mari Carrillo (Rodolfo y Petrita), cuenta las peripecias de un
matrimonio de la época para conseguir una vivienda que les permita lograr la
independencia. En aquellos años conseguir un piso no era una cuestión fácil
para las parejas que pretendían casarse y formar una familia, sin duda la gran
aspiración de entonces. Pero supongo que antes, igual que ahora, ha habido
gente a la que les costaba menos conseguir sus objetivos, incluido el de la
vivienda. Hoy en día, a pesar de la clara evolución en las condiciones de vida de
la sociedad, en la que aparentemente se vive mejor, también hay gente a la
que le sigue costando acceder a ciertas cosas, sobre todo a un espacio
habitacional en el que poder vivir; el pisito, para entendernos. Pero
algunos tienen más suerte que otros, y en ese grupo de afortunados están los políticos,
aunque para ser justos, también en este grupo, los hay con más y con menos
suerte.
En
el grupo de los que tienen mucha suerte, está el ínclito Wert, que después de poner a
todo el país en pie de guerra por proponer y aprobar una ley de educación que
supone un revés en la calidad de la enseñanza, ha sido premiado con un
pisito en París para que se vaya con su pareja a disfrutar de la “desfeita”
provocada en el sector educativo. La verdad es que la cosa tiene su miga. Un
ministro que se pelea con toda la comunidad educativa y con medio país para
aprobar una ley que solo contenta a unos pocos, y que puso al Gobierno a los
pies de los caballos llegando a ser la causa de una parte importante de la
caída en los sondeos del partido, es favorecido con un puesto en París, y el que
le sustituye, frena una parte de la aplicación de la ley porque, según sus
propias palabras, “escuché a la otra parte y me convencieron”. ¿Eran necesarias
alforjas para este viaje? Evidentemente, no.
Por
eso, cuando decimos que los partidos adoptan medidas pensando en sus propios
intereses antes que en los de la ciudadanía, solemos tener razón, y sino, ya
están ellos para dárnosla. A Wert lo han enviado a un retiro dorado para no
molestar más a un Gobierno que busca mejorar su imagen de cara a las próximas
elecciones. Ha sido nombrado embajador jefe de la Delegación Permanente de
España ante la OCDE en París, y su nombramiento llega justo dos semanas después
de su matrimonio con Montserrat Gomendio, exsecretaria de Estado de Educación
(ministerio que ocupaba Wert), que desde hace meses está destinada en la OCDE. ¡Qué
casualidad! Ahora podrán vivir los dos como reyes en París (curiosa paradoja).
¿Es el nombramiento de Wert una decisión que responde a intereses nacionales?
No. Atiende únicamente a intereses partidistas y personales del propio
exministro. Eso sí, con el dinero de todos.
Wert
ha conseguido su pisito, y le ha costado bien poco. Ahora tiene un nidito de amor en la Avenue Foch (una de las
calles más caras de París), de 500 metros cuadrados, alquiler de 11.000
euros al mes, dos personas de servicio pagadas por el Estado y coche oficial
con chófer, además de un sueldo de 10.000 euros al mes más gastos de
representación. Ya les hubiese gustado a Rodolfo y a Petrita condiciones
similares para ellos.
Felicidades
José Ignacio, es lo que merecías después de hundir la educación en España.
Publicado en PontevedraViva.com el día 21 de Agosto de 2015
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A Rodolfo y a Petrita les costó bastante más conseguir su pisito que a Montserrat y José Ignacio. |
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