Pontevedra, 23 Febrero de 2015
Hace tiempo que la gestión de los socialistas en el
ayuntamiento de Vigo deja mucho que desear. Abel Caballero une a su nefasta
gestión, un comportamiento déspota que deja en muy mal lugar a la primera
ciudad de Galicia. Dirige el ayuntamiento con mano de hierro y ha tenido la desfachatez
de grabar la frase ALCALDÍA DE VIGO en el mobiliario urbano de aquellas obras que
él inaugura. Actúa como un cacique; falto de formas, con despotismo y chulería
al dirigirse a la oposición, medios de comunicación y todos aquellos que no
comparten sus ideas o simplemente las confrontan. Por si fuera poco, desde que accedió
al poder, se suceden los casos de supuesta corrupción en el ayuntamiento, pero
él ni se inmuta. Ni siquiera responde a las preguntas de los periodistas porque
ve fantasmas por todas partes. A la reciente confirmación por parte de la
fiscalía de investigar posibles casos de enchufismo en contrataciones del
ayuntamiento, se junta el caso Patos y la imputación del concejal de Parques y
Jardines. Además, en su gobierno figura todavía la señora Carmela Silva,
concejala de urbanismo, diputada nacional y miembro de la mesa de las Cortes,
que se hizo famosa, entre otras cosas, por el pulso que mantuvo con Pachi
Vázquez cuando éste era el jefe de los socialistas gallegos y quiso imponer
aquello de “un hombre, un cargo”. Después de marear la perdiz durante varios
meses, Vázquez ya no manda en el PSOE y la señora Silva mantiene los tres
cargos. Y va a por el cuarto, porque dice el alcalde que es su candidata a la
presidencia de la Diputación. Él sabrá que méritos tiene. Ya va siendo hora de que
Vigo tenga un alcalde a la altura de la ciudad.
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Buena metáfora del PSdeG |
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